Alguien que me cuide
Garabatear y borrar toda la noche hasta que te sorprende el alba.
La gente que vive aquí se pregunta de qué valen tantos esfuerzos.
Los momentos de gloria se esfuman cual cenizas al viento.
Tan pronto estás sonriendo como estás sufriendo.
Me despierto en la noche, envuelta en sudor.
Hay un algo en tu mirada que me perseguirá hasta la muerte.
Tampoco puedo olvidar lo que dijiste, lo de que el amor es como un huérfano, un niño sin madre que pasa hambre.
Así pues, reímos con el payaso y contenemos las lágrimas hasta que se van.
Bebamos y seamos felices.
Mañana al alba nos encontrarán muertos.
Estamos tan lejos de donde hemos venido que a veces me pregunto si volveremos a ver nuestra tierra.
Lo que dicen es cierto... No siempre puedes volver a casa, no siempre puedes estar a gusto, pues en el amor somos como huérfanos: extraños en el paraíso
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