Rechazo al combate
Después de unos días sin aparecer por la cubierta y sin aportar nada medianamente interesante a vuestras lecturas de madrugada, de desayuno en el curro o en cualquier momento que ocupen estas lineas ante vuestros ojos, vuelvo para compartir con vosotros un trocito de un libro que me está encantando: La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.
" Déjenme que les diga algo: si hasta el momento se habían imaginado que, (...) me había convertido en un ser miserable resignado a la bajeza de su suerte, es que carecen de imaginación. Me he replegado, es cierto, y he rechazado el combate. Pero, en la seguridad de mi espíritu, no existe desafío que yo no sea capaz de afrontar. Indigente de nombre, posición y apariencia, soy en mi entendimiento una diosa invicta "
Lo acontecido estas últimas semanas no hace más que fortalecerme. Estoy a punto de verme luchando por aquello que quiero, que lo consiga o no es otra historia. Pero menos "me gustaría intentar..." y más "estoy intentando"
En fin, sé que lo más dificil ha sido vencer mi propia resignación, mi propio miedo. Ahora solo depende de mi conseguirlo. Ahora creo en mí, me veo muy capaz.
Y ya no quiero rechazar más el combate, ahora quiero luchar y vencer.
Siento ser tan abstracta.
(Pero yo me animo desde aquí, qué pasha xD)